Es como si estuvieras gritando sin que nadie te oiga, casi te sientes avergonzada de que alguien pueda parecerte tan importante, que sin eso te sientes como la nada. Nadie podrá entender cuanto duele, o quizás sí, aquellos que también se lamentan cada noche y que casi ya ni les queda cerebro para pensar. Te sientes sin esperanza, como si nada pudiese salvarte, y cuando todo termina y se ha ido, hasta deseas que todas esas cosas malas vuelvan...para que puedas tener lo bueno, para que puedas dejar de llorar.
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita con facilidad, ni guarda rencor. El amor no se goza con la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo perdona, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 1 Corintios 13, 1-4
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