Si es cuestión de confesar, no sé cocinar, no sé encontrar, y no entiendo de fútbol. Creo que una vez fui infiel por dejar solo a mi páncreas, y por eso ahora se derrama y se desangra.
Si es cuestión de confesar, me he convertido en una bolsa algo extraña, sin muchos detalles y quizás con algunos hoyos. Guardada, algo apretada, algo desangrada, pero aun así, aquí, inflada.
La verdad es que también mi cerebro quiere protagonismo y entra en desesperación, y no sé si será por su egoísmo, pero cuando el cerebro quiere algo controla a todo el cuerpo, parte por parte, sistema por sistema, órgano por órgano. Y al incluir mis órganos, mi cuerpo se le hez arrebatado a mi alma por un cerebro en busca de cerebra que está desconcertado, y como se le arrebata lo suyo, esta empieza a llorar, y paradójicamente empieza a odiar y a tener celos por haber obligado a mi cerebro a succionar lo que yo era, haberlo obligado con un simple actuar y decidir.
PERO NO IMPORTA. no te preocupes pequeña alma yo estoy contigo y si es que aun me recuerdas, hazme caso a mi y no le hagas caso al cuerpo, saldremos de esto, nos elevaremos más alto. Si es cuestión de confesar, aunque no lo crean, ya no queda casi nada de mi.